La zafra de asaí en Pando no solo es un fenómeno de cosecha, sino una historia de esfuerzo, cooperación y conservación. A medida que los sabores y valores de esta fruta amazónica llegan a nuevos mercados, también se fortalece la determinación de mantener el bosque en pie, promoviendo un futuro sostenible.
Durante esta zafra de asaí 2023, época de cosecha y transformación del fruto, la Federación Departamental de Asaí y Frutos Amazónicos de Pando (FEDAFAP) realizó su venta más grande y significativa, vendiendo 99 toneladas de pulpa de asaí a la Empresa Boliviana de Alimentos y Derivados (EBA), un hito significativo para ellos, marcando la mayor transacción de este tipo realizada en la región.
La FEDAFAP fue creada en el año 2019 con apoyo de un conjunto de organizaciones, entre ellas Conservación Amazónica- ACEAA y CIPCA, que, al identificar la ausencia de una estructura de soporte y organización, se vio la necesidad de su formación oficial. Hoy en día, la conforman 8 iniciativas productivas localizadas en diversas comunidades del departamento amazónico de Pando, todas con el enfoque de un aprovechamiento sostenible y natural de los frutos silvestres del bosque amazónico.
El departamento de Pando es naturalmente un territorio amazónico con una cobertura de bosque correspondiente al 93% de su totalidad, su población local y migrante que conlleva una tradición histórica del aprovechamiento del bosque. A lo largo de su historia, se ha, beneficiado de recursos naturales como la siringa o la goma siendo su tesoro descubierto, causando grandes migraciones a la zona, al igual que guerras por el territorio. Posteriormente, la castaña dio a conocer su valor, siendo hasta hoy en día una de las mayores fuentes de ingresos para las poblaciones locales. En los últimos 20 años, el asaí, una vez destinado principalmente al palmito, ha emergido como un «super alimento» a nivel mundial, revelando una vez más el valor intrínseco del bosque.
El apoyo y respaldo brindado a la FEDAFAP y las iniciativas que la conforman, para el fortalecimiento de la cadena de valor a través de los años, están dando frutos en la apertura de mercado, desarrollo de capacidades y generación de recursos para las poblaciones locales, aportando de esta forma a la conservación del bosque. Pando contiene en sus bosques productivos un potencial de 3 millones de toneladas de asaí silvestre, del cual actualmente se aprovechaba menos de un 1%. Este potencial nos demuestra el valor del bosque en pie.
En la búsqueda de nuevos mercados, la Empresa Boliviana de Alimentos y Derivados (EBA) mostró su interés en la compra de pulpa de asaí boliviano a través de la FEDAFAP para la elaboración de sus productos. El apoyo a la producción boliviana es un esencial aporte a la generación de empleo y desarrollo para nuestro país, más importante aún, cuando este desarrollo viene acompañado de la conservación del bosque.
Esta venta de 91 toneladas de asaí realizada, es la más grande en la historia de Pando, y benefició a 1648 familias distribuidas en 58 comunidades, de 4 distintas áreas protegidas en 380.273 ha. de bosque amazónico conservado, indicó Liliana Lorini, coordinadora del Componente de Empoderamiento Local de Conservación amazónica- ACEAA.
Este fruto caracterizado por su color morado oscuro e importantes valores nutricionales se ha posicionado en «dietas de todo el mundo» como lo presentó la BBC, al ser una alternativa rica y saludable. A diferencia del asaí producido en Brasil, en Bolivia el asaí obtenido en Pando, es cosechado naturalmente de las palmeras silvestres Euterpe Precatoria. En los meses de abril a agosto, los pobladores locales ingresan al bosque amazónico en búsqueda de las palmeras, una vez localizadas, trepan alrededor de 25 metros hasta llegar al tope y encarar el racimo con el fruto, removiéndolo con técnica y cuidado, descienden como bomberos por un tubo. Después de recolectar entre 5 a 10 palmeras en promedio, llevan y venden el fruto a la planta procesadora más cercana para su proceso de transformación. En las plantas, donde mayormente trabajan y lideran las mujeres de la comunidad, el fruto inicia su proceso de selección, lavado, cocinado, despulpado y finalmente envasado para posteriormente ser distribuido.
